“En una sociedad donde las máscaras de la
mentira,
La corrupción, el cinismo y la falta de
escrupulosidad
Se han vuelto psicopatológicamente
opresivas, obsesivas y compulsivas,
Es preciso decir sin lugar a dudas, que estamos
ya no ante el simple engaño político;
Estamos inevitable e incorregiblemente ante
la enfermedad de la estafa política e ideológica del electorerismo…
Ante el cual solo existe un camino: Anteponer
la creatividad y la lucha política revolucionaria, cuesto lo que cueste.”
Erick Braga.
Cuando uno revisa los anales
de la historia respecto a las organizaciones políticas de antaño como el APRA, el
Populismo, la Democracia Cristiana y la Izquierda Peruana en todas sus
variantes, es inevitable no darse cuenta que más allá de las diferencias y las
contradicciones internas que podrían representar cada una de estas tanto al
interior de sus bases y entre sus líderes mismos, existen si elementos y
lineamientos económicos, políticos, sociales y culturales que los caracterizan
y reflejan el comportamiento político e ideológico de toda una época pasada,
donde el pensamiento, la palabra y la
acción de estos está basado en los fundamentos que suscriben sus militantes
como parte del ideario, sus estatutos y toda la documentación que toma parte
del acervo institucional de la organización política, sea esta de “izquierda,
centro o derecha”. Aunque desde el punto de vista práctico y desde su posición
con respecto al sistema y el modelo político económico Neoliberal; para algunos
sean reformistas o no, solo existen dos sectores políticos “izquierdas y derechas”,
lo que presupone para estos que los llamados centros se disipan entre estas dos
posiciones, bajo la supuesta repulsión a los extremos y el sentido pragmático más
cómodo de lo que algunos definirían como oportunismo y toda una corriente de mimetización
política, acorde con los procesos evolutivos e involutivos de la política
nacional.
En el espectro de este sector
nada despreciable en realidad, hay también quienes se deferían como apolíticos,
técnicos o tecnócratas serviles a los fundamentos y los resortes del régimen
político de gobierno sea este de “Izquierda o derecha”, pero también hay un
amplio sector de los que se definen como independientes o amplios sectores de
la masa popular supuestamente incoloros o parte de una policromía electoral más
amplia que en su vida práctica no conocen de dicotomías de “izquierda o
derecha” y cuya única aspiración es ser parte de aquella opción política que le
garantice el más mínimo bienestar
económico y social sin importar si aquello es a favor o en contra del sistema capitalista
y el modelo económico Neoliberal, es decir estaríamos hablando de un amplio
sector popular vulnerable a ser parte desde los sectores más reaccionarios y
corruptos de la derecha populista como por ejemplo Fuerza Popular o por el
contrario ser parte de un amplio sector popular, democrático, progresista y
revolucionario que refunde los cimientos de la práctica política vinculado al
cambio y la transformación social a través de un trabajo creativo, perspicaz y
preciso; que se involucre en forma constante y continua en el trabajo político
social de las organizaciones sociales, económicas, políticas y culturales; más
allá de los estigmas, las fronteras, las diferencias y todos los estereotipos
ideológicos que lejos de unificar a los sectores de izquierda, lo que hace en
la práctica es atomizarlos en pequeños grupúsculos que al final de cuentas no
representan nada o casi nada.
La institucionalidad de una
organización política de izquierda amplia y democrática coherente a los
desafíos y los nuevos tiempos de lucha, pasa por entender con tremenda madurez política
que mientras una nueva generación no sea capaz de asumir su rol histórico de
ponerse al frente de la lucha política marcando un punto de quiebre con la
estafa, la corrupción y la mentira a nuestro pueblo sea esta de “izquierda o
derecha” no habremos de forjar y conquista la patria y la sociedad que tanto
anhelamos; de ahí que el momento histórico hoy nos debe unir en la perspectiva
de lograr la construcción y la conquista de una Patria Libre, digna y soberana
en el bicentenario del 2021, la antesala de esto es lograr la victoria de los
próximos gobiernos locales y regionales con compañeros que sean capaces de
cumplir su rol histórico y nunca traicionar al pueblo.