Erick Braga.
De aquel 22 de Abril de 1997 hay algunos elementos que considero es
importante resaltar y llevarlos al análisis, más allá de los estigmas,
oscurantismos y temores habidos y por haber: Negar que el Perú ha vivido una
época de guerra fratricida cuyas heridas, vejámenes, señalamientos, marcas y
traumas requieren ser superados, es como tratar de negar hoy en día que estamos
al borde de una posible hecatombe mundial, sí es que los ciudadanos y los
pueblos del mundo hoy no hacen nada por desarrollar acciones concretas a favor
de la paz y la vida. De ahí que el análisis sobre la toma de la casa del
embajador japonés en aquel abril es un episodio en la historia que requiere ser
revisado desde todos los puntos de vista, sin temor alguno para que esto nunca
más se repita en nuestra historia.
La toma de la casa del embajador desde el punto de vista estratégico
militar, fue aparentemente una acción sigilosa e impecable; ni una sola muerte,
ni un solo herido en un lugar de altísimo nivel de seguridad y en una época en
la que la dictadura Fujimontesinista se pavoneaba de ser lo máximo a nivel de
gobierno y todas sus reformas Neoliberales, no obstante en nuestro país se daban
sanciones extrajudiciales, asesinatos, muertes, violación de derechos humanos y
todo un sistema corrupto desde el más simple barredor hasta el más alto
funcionario; se vivían los proceso de intentos de privatizar la educación, la
salud y una serie de servicios básicos y fundamentales, la aparición de las
services y un asistencialismo clientelista al extremo en los AA.HH.
Desregulación de los derechos laborales y una persecución política de
todo aquel que se oponía a este gobierno corrupto hasta los huesos,
completamente criminal y genocida; los informes de la comisión de la verdad y
todo los destapes de lo siniestro que había por dentro del estado y el gobierno
durante más de 10 años, hoy es información abierta al que cualquiera puede
acceder en diarios, libros, imágenes, expedientes judiciales, etc.
Sobre la toma de la embajada en sí con los rehenes dentro. Se sabe a
través de los informes de la Comisión de la verdad (CVR) y la revisión de
ciertas noticias de la época, que desde que los insurgentes tomaron el lugar y
en el proceso mismo de su demanda de que se liberen a sus compañeros no hubo ni
un solo sacrificio humano de los rehenes, permitiendo si la posterior salida de
enfermos y mujeres, (incluyendo la madre del propio Alberto Fujimori), el ingreso
de suministros de agua y alimentos para los rehenes que por primera vez en su
vida habían empezado a sentir el hambre, el frío y el miedo que siente el
pueblo cuando por defender sus derechos a la vida y a la dignidad humana es
bombardeado con bombas lacrimógenas y en lo más extremo de la injusticia, hasta
es víctima de las propias balas que se compran supuestamente para defender la
seguridad interna y externa de la patria, con el pago de los impuestos de todos
los peruanos. Estoy seguro que si estos insurgentes realmente fueran
terroristas, otro hubiera sido su proceder y esto hubiera merecido el repudio
de todos los peruanos; claro que si...
Estos miembros del MRTA en aquel entonces muchas veces vilipendiados y
escamoteados e incluso por la misma izquierda reaccionaria, conservadora y
timorata, en realidad en la práctica fueron más humanos y coherentes con su
prédica de ser oficialmente una guerrilla, porque no solo reivindicaban sus
acciones, su diálogo abierto con la gente, y su estrategia misma en la toma de
la embajada y en muchas otras acciones; sino que al parecer su propósito mismo
de emular al “Guevarismo Revolucionario” les daba esa categoría; no obstante
hay una serie de errores y en particular es preciso e importante decirlo de la
forma más categórica, desde cualquier concepción política revolucionaria; no se
puede hablar de una organización como tal si es que está en su práctica va
lindando con “El mero aventurismo guerrillero” y en su proceder aún de salvar a
sus propios compañeros se aleja de las acciones de lucha del pueblo como parte
de sus reivindicaciones y todas sus acciones políticas o militares; lo digo
porque siendo en aquel entonces un estudiante universitario y a su vez
dirigente estudiantil de izquierda de formación Marxista, informado de sucesos
nacionales e internacionales, pensaba en ese momento: ¿Y por qué estos dentro
de sus reivindicaciones de liberar a sus compañeros no acompañan con ella las
demandas que tenía el pueblo?…
El ausentismo de reivindicaciones políticas y económicas a favor del
pueblo me hacían observar en ese instante la falta de un mayor nivel político y
organizativo, en un grupo político militar que a decir verdad todo indicaba
estaba bastante debilitada al límite de una posible derrota; quizá justa o injusta
está observación que pasaba por nuestras cabezas en Loreto y quizá por la de
muchos otros compañeros en diferentes partes del País. Un sinnúmero de nuevas
organizaciones que íbamos luchando contra la dictadura Fujimontesinista a nivel
nacional; entendíamos sí que esto se había convertido en la noticia más
importante del momento que fijaba la atención de casi todo los Peruanos.
La importancia del Partido es otra de las observaciones que en el
análisis de mi formación Marxista veía ciertamente ausente en ese instante
gravitante y decisivo para la vida de una organización que se estaba jugando en
ese minuto de la historia el todo por el todo, con solo 14 insurgentes; de
hecho esta fue quizás una de las mayores debilidades de lo que quedaba de esta
organización, cuya última acción suicida lo llevo al aniquilamiento total, no
obstante siempre diré que una cosa es el análisis, la observación y la crítica
desde algún lugar alejado de la realidad que vive un combatiente revolucionario
o un simple soldado del ejército Peruano, (muchas veces llevado como carne de
cañón a enfrentamiento fratricidas), y otra totalmente diferente es ponerse en
los zapatos de quien está al frente de una batalla, nuestros análisis eran
meramente universitarios desde la comodidad fuera de las aulas y los pupitres,
sin embargo eran totalmente necesarios y fundamentales para entender la
realidad que vivía el Perú en ese momento...
Otro hecho que debe precisarse es el descuido de haberle permitido
concesiones aquel reverendo…Cura Juan Luis Cipriani; quien se dice fue el que
ayudo que se metieran cámaras para llevar adelante el genocidio a través del
operativo "Chavin de huantar", pero bien era una guerra y en una
guerra hay vencedores y vencidos, aun cuando los hechos fueran totalmente
imprevisibles, todos sabemos que el menor descuido político, táctico o
estratégico puede llevarte al aniquilamiento total de una organización; nomás
que incluso entre enemigos de guerra hay códigos que se respetan como no matar
a tu enemigo habiéndolo ya desarmado y vencido irremediablemente…
Verlo indefenso sin opción a defenderse, reconocer este que perdió y
estar rendido...No obstante la orden cobarde y criminal, sin importar
absolutamente nada era matar a mansalva a gente desarmada que había sido tomado
por sorpresa…Aunque en verdad debe decirse que el factor sorpresa en cualquier
circunstancia de la guerra puede ser una estrategia valida aquí o en cualquier
parte del mundo, pero de allá a declararlos héroes de la patria por matar a
gente indefensa y desarmada, esto sí que es un atrevimiento cobarde que insulta
la inteligencia de cualquier ser humano de sentido común...
Lo cierto es que más allá del tema controversial y el hecho fatídico
suscitado, es que los descuidos y la dilación del tiempo en la permanencia del
lugar, fue el más grande error de una organización que quizá de haber ampliado
sus reivindicaciones, precisado sus estrategias y su vez de haber desarrollado
sus mayores niveles de conexión a nivel internacional, reconociendo por
supuesto sus errores y sus equivocaciones con respecto a ciertas acciones,
ubicados no en una posición de vencido o vencedor, sino desde la posición de
una organización política que en su lucha de liberación nacional se planteara
en perspectiva su inserción a la vida política legal; en un escenario que por
cierto debía hacerse propicio tanto a nivel nacional e internacional;
acompañando claro está las luchas del pueblo…Pero este es un escenario que
nunca se dio, la realidad fue la derrota total del MRTA como proyecto político
militar, más no como parte de una identidad política revolucionaria a nivel
nacional e internacional…Pues de hecho los Tupamaros de Uruguay y otras
organizaciones guerrilleras lamentaban el hecho.
De haberse dado este escenario quien sabe que está hubiera podido ser el
inicio de un proceso importante para la historia del Perú, como aquel 2 de
Febrero de 1992 en la que se dio el primer levantamiento de Hugo Chávez contra
la oligarquía Venezolana, o una especie de toma del Cuartel Moncada de aquel 26
de Julio de 1953; pasando a ser en la práctica este el renacimiento de una
organización de respaldo y reserva moral de la rebeldía nacional en contra de
una dictadura que a todas luces llevaba al País a una de las peores crisis
políticas y morales que hemos vivido en los últimos 25 años…En definitiva el
impulso vital de toda revolución exige mayores niveles de conciencia.
Lo cierto es que analizando los acontecimientos de aquel 17 de diciembre
de 1996 al 22 de Abril de 1997, se puede percibir en los hechos concretos que
estos insurgentes jamás tuvieron el propósito de asesinar a nadie, los hechos
así lo revelan; más la toma de la casa del embajador japonés fue el último
acontecimiento disuasivo que llevo a la derrota total del MRTA; hecho que fuera
posteriormente reconocido por sus principales líderes y dirigentes desde la
prisión. De ayer a hoy y desde la revisión de la historia tal si se tratara de
quien enfrenta todo temor e intenta ver las cosas en forma objetiva, estoy
seguro que muchos coincidimos en que está acción fue en realidad un tremendo
error político del MRTA como organización política militar, sin embargo nadie
puede negar la valentía y la honorabilidad de quienes se atrevieron a desafiar
la muerte en post de la liberación de sus compañeros, como tampoco se puede
negar que esto como cualquier hecho significativo de vida, esta tiene una gran
significancia de perspectiva histórica en post de un ideal de Paz…De ahí que la
importancia de la identidad política de los tupamaros a nivel nacional e
internacional debe forjarse en el pensamiento y el espíritu de lucha por la
libertad y la paz, desde la lucha originaria de Túpac Amaru y Micaela Bastidas
hasta quienes lo entregaron todo a cambio de nada...
Pues aun cuando este fuera un acto apresurado y equivocado que les costó
la vida a quienes coherente con sus principios, trataron de liberar a sus
compañeros de las llamadas “Cárceles tumbas”. El gobierno dictatorial de
Fujimori a través del operativo “Chavin de Huantar” no solo asesino a mansalva
a gente ya rendida y en desventaja total. Pues según información; excepto
algunos, en su mayoría no les dio tiempo para nada, es decir se los asesino
poniendo en riesgo la vida de todos los rehenes, lo que demuestra que a este
gobierno solo le importo su soberbia y su pretensión de perpetuarse en el poder
a través de este craso error del MRTA, del cual sus verdugos hicieron gala a
nivel internacional, mostrando toda una parafernalia militar con un enemigo ya
indefenso y en agonía.
Investigando algunos datos se sabe que Roly Rojas (“El árabe”) habiéndose
encontrado desarmado y rendido se le dio un tiro de gracia en la cabeza por la
espalda estando ya totalmente indefenso, lo mismo al parecer sucedió con otro
miembro del MRTA llamado “Tito” que se rindió, (como si en la guerra levantaras
una bandera blanca), pero no; se dice que no hubo piedad de nada y a este lo
mataron de la forma más cobarde y vil...Hecho que se conoce a través de datos
periodísticos y declaraciones de un testigo que logro verlo con vida cuando ya
todo había pasado…
Así como se lamenta la muerte de los miembros del MRTA, no se puede dejar
de lamentar la muerte de aquel militar y un civil que también fueron víctimas
de aquel 22 de Abril de 1997...Hoy la pregunta que me hago es: ¿Qué hubiera
pasado si el MRTA hubiera tenido minado el lugar y en un acto final terrible,
entre medio de todo el tiroteo y el posible enfrentamiento se hubiera volado el
lugar desapareciendo todos los rehenes, los militares y los mismos miembros del
MRTA?...
De hecho esto los hubiera confinado a ser considerados realmente una
organización terrorista suicida; del cual con toda seguridad el gobierno se
hubiera lavado las manos sin asumir su evidente responsabilidad de provocar el
suicidio y el genocidio de tanta gente. Por fortuna y esto es lo más
trascendental e importante: Esto nunca llego a ocurrir; dado que estos
insurgentes desde un principio respetaron cada vida; sin embargo más allá de
toda la guerra interna que se vivió en nuestro país, es preciso decir que no
hay forma de curar las heridas de esta guerra fratricida, sino construyendo un
país mejor, de mejores ciudadanos, con niños y jóvenes con un alto nivel de
educación y un mayor nivel de conciencia por la paz, permitiendo así una
verdadera reconciliación nacional a través de un auténtico proceso de
pacificación de cara al bicentenario y un nuevo Perú, mediante la construcción
y la edificación de una Patria libre, digna y soberana…Superando las heridas y
los traumas del pasado.
Iquitos, 22 de Abril del 2017.